Con la llegada de la crisis han salido a debate público cuestiones que antes nunca nos habíamos planteado. No hay trabajo y la mayoría de jóvenes que terminan las carreras universitarias se plantean preparase las oposiciones y seguir estudiando esperando a que la situación mejore.
Pero paradójicamente es en estos momentos cuando se pone en tela de juicio si son necesarios tantos funcionarios, cuando antes cuando un partido político llegaba al poder sus trabajadores entraban en las administraciones y cuando son nuestros políticos los que continúan siendo funcionarios y disponen de sueldos vitalicias incluso cuando ya no están ocupando ningún cargo público.
El pasado lunes el concejal de sanidad de la Comunidad de Madrid afirmo que los médicos no deberían ser funcionarios ya que tener un puesto de trabajo prácticamente vitalicio hace que no se tengan incentivos. Resulta insultante que sean precisamente los políticos los que quieran acabar con el funcionariado.
La desfuncionarización es una reclamación constante en algunos sectores y la mala imagen de la que gozaba el funcionariado español se está incrementando en los últimos años. En la calle ven como millones de personas no tienen trabajo y ellos gozan de un trabajo para toda la vida, grandes vacaciones, horarios envidiables… Desde el otro lado afirman que la mala imagen de se debe más a los puestos políticos, asesores que sobran cuando hay cambios de partidos, personas puestas a dedo…
El tema seguirá siendo debate por mucho tiempo, ya que la única intención del gobierno en privatizar aun más servicios públicos y conseguir todavía más precariedad laboral. Porque si no debe ser un médico un funcionario ¿Quién debe serlo y quién no?