Como una forma alterna de la medicina basada en métodos tradicionales chinos nace hace más de dos mil años la acupuntura. Este sistema se basa en la inserción de agujas muy finas en distintas partes del cuerpo, específicamente en los llamados puntos acupunturales. Entre los usos más populares están el alivio del dolor y tratamiento de la obesidad, pero también se aplica en muchos otros casos.
Aunque no parezca una opción agradable, ni tentadora se ha difundido ampliamente en el mundo occidental, donde hay médicos convencionales que viajan al oriente a especializarse en esta ciencia. La razón es que muchísimas personas han encontrado alivio de sus dolencias a través de ella.
Para aplicarla se hace un estudio preliminar de cuáles son los meridianos o puntos específicos que presentan desequilibrios de energía y por tanto, deben ser tratados. Se afirma que estos lugares corresponden a las áreas de mayor conductancia eléctrica en el cuerpo.
La persona está acostada durante todo el proceso. Las agujas debidamente esterilizadas se insertan entonces en los puntos seleccionados. El paciente puede sentir un pequeño hormigueo o entumecimiento, en ningún momento llega a ser un dolor excesivo, incluso con una buena técnica se logra la relajación del individuo para que se habitúe a la sensación sin mayor animadversión.
Las agujas se colocan de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, de adelante hacia atrás. La profundidad y el tiempo de duración dependerá de cuál sea la enfermedad que se trate, pero con respecto a este último parámetro se dejan de 20 a 45 minutos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la efectividad de la acupuntura en el tratamiento de más de 101 enfermedades. Se aplica mayormente cuando se sufre de dolores crónicos como los de espalda, porque permite que el cuerpo libere los analgésicos naturales y cambie la percepción del padecimiento del paciente, aliviando los síntomas.
Es relevante mencionar que este tipo de tratamiento no sustituye la medicina tradicional, sino más bien la complementa. Es muy apreciable, por ejemplo, en ciertos casos post operatorios que requieren de rehabilitación física o mental.
Los expertos, como Beltrán Carrillo en este tema, afirman que las enfermedades crónicas o agudas que se pueden tratar con esta técnica son muchas. Aquí os dejamos algunos ejemplos:
- Infertilidad;
- Dolores de las articulaciones o huesos;
- Dolores musculares;
- Estrés y ansiedad;
- Adicciones cuales fumo o alcohol;
- Problemas de sobrepeso;