A media tarde del pasado lunes sonaban las alertas en la sede de Amnistía Internacional, cuando uno de los trabajadores de dicha ONG abría uno de los sobres que reciben diariamente y en su interior encontraba una sustancia parecida a la arena pero de origen desconocido, inmediatamente avisaban a los TEDAX para el desalojo de la sede ante una posible contaminación tóxica.
No es la primera vez que sucede algo así, ni será la última, hace un año Obama recibía en la Casa Blanca un sobre que fue detectado previamente por los controles sanitarios que pasa el correo dirigido al presidente, en el que tras su análisis figuraba que contenía Ricina, una sustancia venenosa y muy tóxica que se transmite mediante inhalación. Esta vez la noticia nos trasladaba hasta la misma capital de España, en Madrid saltaban las alertas y comenzaban a llegar equipos médicos y bacteriológicos a la sede de Amnistía Internacional.
En el edificio había 34 personas que fueron descontaminadas y trasladadas a varios hospitales de la capital como prevención para poder realizarles más pruebas y análisis para descartar una infección, los 20 trabajadores entre cuerpo de policía, bomberos y sanitarios también fueron descontaminados sin más demora. Los equipos especiales sellaron el edificio a la espera de que la policía científica determinase si la sustancia arenosa contenía algún peligro o no.
Poco después, uno de los portavoces de la ONG explicaba a los medios de comunicación que se trataba de un sobre que llegó sin remitente alguno y que al abrirlo les parecía más sospechoso aún tras ver el contenido, pero que todos los trabajadores se encuentran en perfecto estado. Ahora es el turno de la policía que investigará la procedencia del envío y se intentará encontrar al remitente del sobre.